Al igual que prestamos un especial cuidado a nuestros ojos, también debemos prestárselo a los elementos que utilizamos para tener una correcta visión: gafas o lentes de contacto.
En el caso de que utilicemos lentes de contacto (lentillas), para cada tipo de lente, hay que utilizar una solución líquida distinta, ya que, cada solución necesita de un diferente cuidado:
- Para las lentes de contacto blandas, de uso prolongado o desechables, el líquido que más se utiliza es la solución única. Se consigue una limpieza sencilla y cómoda, limpiando, aclarando y conservando las mismas. Para ello, el modo de empleo que debemos realizar es: cuando nos quitemos la lente de contacto en la palma de la mano, echamos la solución sobre ella y frotamos con la yema del dedo para limpiarla, volvemos a echar la solución, aclarando y guardando en el lentillero sumergidas en la misma solución.
- En lentes de contacto duras o porosas es necesario la utilización de 2 líquidos: un jabón limpiador y un acondicionador para guardar y conservar.
- Por otro lado, está la lágrima artificial. Gracias a la cual, podemos aliviar la sensación de sequedad en el ojo con su uso, ocasionado por encontrarnos en ambientes con mucho humo, con aire acondicionado, etc. o por el propio ojo. Ésta se puede aplicar directamente sobre la lentilla en el ojo o ya una vez quitada la lente de contacto.