Nuestros ojos son una de las partes más delicadas de nuestra anatomía. Desde que nacemos, se desarrollan y evolucionan hasta completar la visión. Sin embargo, esta idea se ve truncada en algunas ocasiones por los diferentes problemas oculares, los cuales pueden aparecen desde nuestro nacimiento.
En las próximas dos entradas os hablaremos acerca de los problemas oculares más frecuentes en bebés y cuales son las características de cada uno de ellos:
Problemas oculares en los bebés
- Infecciones: en algunas ocasiones, los bebés recién nacidos desarrollan conjuntivitis cuando pasan por el canal del nacimiento. Una de las características principales es que los párpados y la conjuntiva se inflaman y se enrojecen. Además, cuando separamos los párpados, podemos ver un poco de pus y muchas legañas, y por consecuencia el ojo llorará mucho. Para su tratamiento deberemos administrar unas gotas antibióticas que nos mandará el pediatra.
- Lagrimales y conductos obstruidos: en algunos bebés, el conducto por donde brotan las lágrimas está tapado, y pueden pasar varias semanas o meses hasta que se abre. Mientras esto ocurre, el ojo no se limpia adecuadamente y se terminan produciendo secreciones mucosas que luego se quedan pegajosas. Para evitar esto, realiza suaves masajes en la zona para desobstruirlo.
- Cataratas: las cataratas en bebés suelen ser algo poco común pero perfectamente probable. Será el pediatra quien realizando los exámenes oportunos, detecte este problema. En la mayoría de las ocasiones no causan ningún problema, pero otras veces son más severas y podrían acarrear un problema mayor en el futuro, por lo que el médico te recomendará qué hacer. Las cataratas severas conllevan que la pupila aparezca blanca.
- Estrabismo: existen diferentes formas de estrabismo como por ejemplo la esotopia (ojos bizcos) o la exotropia (ojos divergentes). El alineamiento de los ojos no es fijo cuando nacemos, si no que se termina de desarrollar al cabo de los meses, pues los recién nacidos no pueden enfocar. Si no tratamos el estrabismo a tiempo, puede producir amblitopía, de la que hablaremos en nuestra próxima entrada.