El estrabismo es un problema ocular en el que los ojos no se alinean en la misma dirección, por lo que ambos ojos no están mirando al objeto al mismo tiempo.
El ojo está rodeado por seis músculos que trabajan al mismo tiempo para que enfoque el objeto. En el caso del estrabismo, los músculos de cada uno de los ojos trabajan «de forma independiente», por lo que el objeto no llega a enfocarse correctamente. Este problema también es conocido como «ojos bizcos».
Cuando hay estrabismo, los ojos envían dos informaciones diferentes a los objetos, dos imágenes diferentes, por lo que confunde al cerebro.
Cuando se da este problema ocular, los ojos envían dos informaciones diferentes al cerebro, dos imágenes distintas que lo confunden. En el caso de los niños, el cerebro terminará suprimiendo o ignorando una de las imágenes, por lo general, la del ojo más débil. En la mayoría de los casos, el problema es con el control del músculo, y no con la fortaleza del mismo.
La causa del estrabismo es desconocida, aunque en la mayoría de los casos se presenta en los bebés recién nacidos o poco después del nacimiento. A esto se le denomina «estrabismo congénito».
Si el estrabismo no se trata, el cerebro nunca reconocerá la imagen del ojo débil, por lo que nunca verá bien. A esta perdida de visión se le denomina ambliopía u «ojo perezoso», como se le conoce de forma coloquial. En algunas ocasiones, este último problema se presenta con anterioridad al estrabismo, por lo que es de vital importancia tratarlo en cuanto es diagnosticado.