Cada verano podemos observar una nueva tendencia en lo que respecta a las gafas de sol. Si otros años la moda eran las monturas de pasta o la ausencia de puente, este verano 2017 lo que se lleva son los cristales espejados.
Los cristales de espejos cuentan con un revestimiento espejado que reflejan parte de la luz recibida por las gafas, lo que impide que ésta llegue al ojo. Sus propiedades reflectantes reducen la cantidad de luz que recibimos, absorbiendo entre un 10% y un 60% más que unos cristales comunes, así como proporcionan una inmejorable protección UVA.
Este tipo de cristales están recomendados para deportistas que practican deportes náuticos o de invierno, así como en situaciones en las que exista una luz brillante que pueda deslumbrar. En altitudes elevadas ya eran de gran ayuda, así como en arena, agua y nieve, por lo que su uso ha comenzado a extenderse a la moda común también por su alto valor estético.
Sus cuidados no difieren del resto de gafas, puesto que no se deben dejar en lugares con temperaturas muy elevadas para evitar posibles deformaciones. Para guardarlas existe el estuche, ya que utilizándolo evitaremos posibles roturas o que acaben ralladas con la arena de la playa.